Esta semana voy a escribir sobre avalanchas y seguridad en la montaña. Ya he tratado este tema en varios artículos y posts. La verdad que hay mucho escrito en internet y muy buena literatura al respecto. Mismamente, la temporada pasada hice un artículo bastante detallado con la colaboración del centre de prediccion de lauegi dera Val d’Aran; una de las patrullas de Avalanchas más destacadas de Europa. Sin embargo esta vez me gustaría escribir en un tono distinto; más práctico y más gráfico.
https://www.onthebelay.com/es/2017/04/18/dos-dias-con-el-centre-de-prediccion-de-lauegi-dera-val-daran/
El domingo fue uno de esos días espectaculares de sol, acumulaciónes de nieve virgen entre treinta centímetros y un metro, cien kilómetros de pistas abiertas con todos sus sectores de freeride de fácil acceso y mucha hambre de polvo. Ese día nos empachamos y tenemos videos gloriosos en la gopro como para bombardear el instagram hasta reyes. Como nosotros había cantidad de grupos de riders reventando hasta el último giro de nieve virgen. Todo quedó completamente mancillado para el final del día.
Sin embargo durante ese grandioso día hubo muchas sombras. Vímos de cerca cuatro situaciones que podrían haber acabado muy mal, y las marcas de otras tantas.
La mayoría de ellas a escasos metros del telesilla o la pista balizada.
Sí; las avalanchas están ahí y gente como tú puede quedar atrapada en ellas o incluso matarse. De hecho esto puede pasarte en esa misma pala que has visto bajada tantas veces y en la que muy probablemente ya hayas bajado.
Me gustaría que este artículo a base de ejemplos prácticos, toque algunas fibras sensibles y nos haga replantearnos un par de protocolos en la montaña. Lo malo de esto es que se suele aprender a base de sustos, así que, aunque las navidades pasadas nos regalaran un arva, un ABS, que ponga recco en nuestra bota y que hayamos leído alguna cosilla aquí o allá, no significa que estemos a salvo. Por lo tanto, a ver si consigo meteros el susto en el cuerpo y de paso sacar alguna reflexión productiva.
Caso nº1
En una de las primeras bajadas del día queríamos echar un ojo a una ladera clásica de Baqueira. Un caramelito de fácil acceso que queda debajo del telesilla. Por nuestras observaciones de terreno y seguimiento de los partes meteorológicos de los últimos días, sabíamos que iba a estar complicado ese tipo de terreno. El parte diario de lauegi de ese mismo día confirmaba esta teoría. Cito textualmente:
“se han formado numerosas placas inestables de nieve venteada y nieve reciente, susceptibles de desencadenarse si hacemos una decisión equivocada de terreno. (…) Con 50-60 cm de nieve reciente acumulada, el viento dando cierta cohesión y la superficie previa a la nevada desfavorable, se han formado numerosas placas blandas, difíciles de detectar, sobre todo en cotas medias por debajo de los efectos más claros del viento. Estas necesitan terreno favorable al desencadenamiento pero en caso de hacerlo pueden implicar toda la nieve hasta la costra de lluvia de noviembre. Evite esquiar terreno grande y empinado, laderas convexas, y sed vigilantes con las trampas del terreno.”
En algunas zonas de la ladera ya observábamos algunas purgas naturales; sin embargo los sectores principales seguían impolutos. En ese momento vemos a los dos primeros riders del día, en snowboard, hacer un drop en la pala más grande, de mayor pendiente y mayor exposición. No van demasiado rápido, ni demasiado decididos y cruzan por el punto aparentemente más débil en diagonal. En ese momento pensaba que si algo no había que hacer en ese terreno era justamente eso y de verdad que no quería ni mirar.
Sin embargo, cero consecuencias. Ni ruptura de placa, ni purguilla, ni marcas de fractura o presión, nada.
Tras un momento de angustia, llega la euforia al ver como van levantando polvo en los giros de más abajo. Se oyen los aplausos de todos los riders que subían el telesilla. Enseguida vienen más drop-ins en distintos puntos del sector. Todos parecen funcionar igual de bien. Mis colegas y yo nos quedamos un poco moscas durante un rato pero decidimos que la veda está abierta. Si el punto más punky no ha petado ni en esas circunstancias, nos creemos que ya no va a petar nada.
Bajamos a una pala secundaría de menor riesgo objetivo, menor compromiso y sin trampas de terreno. Tenía ya dos huellas; validamos teoría y la bajamos Julen y yo de a uno. Todo perfecto y gran momento happy riding.
En la siguiente bajada vemos desde el telesilla que las pisadas aumentan por todas partes y que todavía no ha petado nada. Salen cada vez más líneas en las zonas de pendiente y ya van quedando menos líneas “fáciles”. Seguimos un poco moscas para entrar en las pendientes fuertes, y decidimos hacer otra variante a la que acabamos de bajar, pero ligeramente más inclinada.
Al entrar en la pala, se dibuja una fractura bajo mis pies. Se cae un cacho de pala. No llega a ser crítico, ni tener fuerza, ni velocidad, ni compactez, ni genera mucho arrastre. Me quedo fuera de ella sin dificultad, la veo caer y se desintegra enseguida. Salimos rápido de la situación y nos quedamos con mal cuerpo. Aunque el peligro objetivo en ese momento no ha llegado a ser alto, nos da un susto desagradable y nos sentimos bastante estúpidos por que nos haya llegado a pasar.
Decidimos salir del sector cuanto antes. Vemos que otro a otro rider se le rompe una mini placa bajo sus pies. Él, al contrario que yo se va con la placa, pero siendo pequeña y de nieve tan suelta se desintegra en seguida y no llega ni a desestabilizarse. Es igual; doble confirmación y salimos de ese sector en cuanto antes.
Unas horas más tarde volvimos a pasar por allí.
Esta foto muestra una avalancha de gran tamaño en la pala crítica que habían cruzado en diagonal los primeros dos snowboarders. Vemos que debajo de la avalancha hay infinidad de huellas y además se come todas las diagonales de abajo. Esa avalancha de gran tamaño te pone en una situación complicada solo con la nieve, pero si además tenemos en cuenta las trampas de terreno a las que te lleva, no es nada obvio salir bien parado de esa situación, por decirlo suavemente… ¿Cuántas personas ese día estuvieron en la zona de impacto? ¿Cuantas fallamos en nuestro juicio de condiciones al ver el frenesí de girazos?
Solo por que esa pala sea un clásico en la mayoría de días de nieve virgen, que probablemente tú mismo la hayas bajado antes, y que la hayan dado ya bien de caña ese día no va a garantizarte que estás a salvo.
Caso nº2
Ligeramente más tarde decidimos explorar zonas con menor exposición en el sector Peülla. Al entrar al valle, vemos dos grandes trazas de avalanchas. Nos paramos un rato a estudiar sus orientaciones, transporte de nieve, punto de fractura y demás detalles que nos van a servir de referencia para tomar decisiones de terreno. En ese momento vemos un grupo de tres riders entrar a la pala que ya tenía una de las avalanchas pero desde más arriba.
Esto es lo que pasó…
Caso nº3
Tras un buen rato de disfrute en un sector con terreno disfrutón y seguro, decidimos volver hacia bonaigua. Al salir del valle, me paro porque me llaman la atención unas Zs elegantemente trazadas en la montaña que tenemos enfrente. Técnicas, eficientes y me dan mucho respeto porque el día después de una gran nevada antes de que se estabilice la montaña yo tengo por regla general no salir nunca a foquear en altitud y pendientes.
Mientras estamos fijándonos en las Zs, Julen se da cuenta de que el grupo ha empezado a bajar. Entre la bajada que estaban haciendo y sus Zs de ascenso había un bol, que desde nuestro punto parecía fácil de juzgar como delicado, sobre todo después de todo lo que ya habíamos visto hoy.En el último momento deciden entrar en el bol, van prácticamente esquiando en paralelo y todo el bol se les rompe encima. No podemos creernoslos. ¡otra vez!
La avalancha se detiene rápido y no parece tener mucha chicha, sin embargo deja una cicatriz enorme. Con una nieve más compacta y húmeda no hay duda de que se habría llevado a los tres y arrastrado mucho más material. Una situación muy fea en la que probablemente estarían los tres atrapados y que imposibilitaría el autorrescate.
Caso nº4
Aquí vemos otra pala reventada a trazadas. La vímos a la mañana ya llena de trazas, pero horas más tarde presentaba este gran corte por encima de las lineas esquiadas.
Con esto voy a que hay que andarse con ojo y no dar las cosas por dadas. Hay que ser humildes y esquiar lo que las condiciones dejen en el día.
Se sabe que en casa es donde asumimos mayores riesgos. Este día confirmó que no se puede tener un recorrido o rutilla estándar “para los días con nieve”, porque “los días con nieve” pueden tener infinidad de características y consecuencias distintas.
La placa que rompí la he esquiado antes un millón de veces, como también he bajado la de los snowboarders y la del video. Esto no va de buenos y malos. Obviamente la persona del video tiene cierta experiencia porque maneja la situación de estrés bien, consigue salirse de la avalancha y desencadena el ABS en buen momento. ¿Hace errores?; sí, sin duda. Las tres personas de travesía, si fueron capaces de marcar esas Zs técnicas, se podría afirmar que han pasado bastantes horas en la montaña. Aunque sería fácil de echarles pestes por bajar en paralelo y entrar a la vez en un bowl con pendiente, tal vez las cosas desde dentro se veían distintas que desde fuera.
Yo solo puedo hablar por mi mismo. Tengo hecho un curso de avalanchas y he hecho varias formaciones y ejercicios diversos con guías de montaña en los últimos tres años. Todos los años me obligo a practicar las maniobras, leo bastante al respecto, y sobre todo en invierno estoy prácticamente todos los días en la montaña observando el terreno, su variación de condiciones y tomando referencias. Aún así, cuanto más aprendo, más novato me siento, más le veo el peligro a todo, más me doy cuenta de lo difícil que es especular y cuadrar la alquimia en montaña y sobre todo, todavía cometo errores o no veo las cosas venir siempre.
Viene más nieve pronosticada, de hecho mucha; recordad que las nevadas potentes de principios de temporada suelen ser muy traicioneras. Por citar grandes nombres, hace unos años Jamie Pierre murió en una avalancha en una salida sencilla en la primera nevada fuerte de la temporada y este año les pasó lo mismo a Hayden Kennedy y su novia Inge Perkins.. Bueno casi; mató a Inge y provocó el posterior suicidio de Hayden.
Hayden Kennedy contaba con dos piolets de oro y una gran trayectoria como alpinista; por mucha experiencia que acumulemos, en la montaña todos somos pequeños y frágiles.
Todo muy bonito, pero, ¿qué podemos sacar en limpio de todo esto?
Voy a intentar citar una lista de las mejores prácticas que os puedo recomendar.
- No aprendáis a palos. Espabilar y no esperéis al susto feo para empezar a aprender.
- No aprendáis a través de un Blogger. Por mucho consejo que os pueda dar, al final como máximo llego a motivaros o daros alguna clave. Nadie va a estar más seguro en la montaña solo por leer estas líneas o otras de por ahí. Como bien dijo Einstein, “el conocimiento se adquiere por la experiencia, el resto no es más que información.”
- Acude a profesionales: haz un curso intensivo de Avalanchas. Suelen durar 4 días o dos fines de semana. Aprende las bases de lectura de terreno, de material, de gestión de grupos, de protocolos de seguridad y autorescate. Aunque sea por educación y por no quedarte solo. No es justo esperar ir a la montaña con gente que está formada y te puede mantener a salvo, pero a la que tú no serías capaz ni de empezar a rescatar o dar un punto de vista formado sobre tus sensaciones durante la actividad. Cada vez hay más gente que no sale a la montaña contigo si no cumples estos requisitos y es completamente legítimo en mi opinión.
- Acude otra vez a profesionales. Esto no es como andar en bici que lo aprendes una vez y ya está. En todos los cursos que he hecho he aprendido muchas cosas nuevas, y dependiendo de los formadores y guías con los que practiques pueden tener protocolos distintos para situaciones distintas. No hay información de más, ni experiencias de más.
- Comprate el maldito material. Por lo menos transceptor, pala y sonda. El material solo sirve de algo si sabes como usarlo, y no solo teóricamente. O lo tienes muy interiorizado y tienes un buen protocolo de actuación con tus compañeros o no tienes ni la más mínima oportunidad. El recco sirve para poco más que sacar un cadáver y la mochila ABS nunca está de más en un plan de freeride. Transceptor, pala y sonda SIEMPRE. Y por favor siempre con pilas y pilas de repuesto en la mochila.
- La montaña es caprichosa y difícil de gestionar. Especialmente esas líneas atractivas que nos encantaría ridear, como palas grandes y corredores con pendiente y acumulaciones. Hay líneas muy bonitas pero que tal vez solo se puedan esquiar en seguridad un par de días al año con suerte o ninguno. Ahora está muy de moda el plan weekend warrior; conducir a la montaña desde la ciudad sin haberla visto en dos semanas y lanzarse a primera hora a una dream line. Este tal vez no es el mejor planteamiento.
- Falsos juicios y autojustificaciones. En la montaña muchas veces tomamos decisiones objetivas muy pobres, pero no siempre sufrimos las consecuencias, lo que provoca que a posteriori pensemos que somos muy listos y que sabemos tomar decisiones muy buenas y sensatas. Por ejemplo, los snowboarders que marcaron la primera línea en la pala que después peto entera, tal vez se fueron a casa pensando que hicieron las cosas muy bien ejecutadas y con un gran criterio de seguridad. De hecho al igual que las otras cincuenta personas que bajaron por ahí después o que hicieron la diagonal al final de la pala solo por no salir a pista…
- Si sueles moverte siempre en el mismo terreno, lee a diario el boletín de condiciones emitido por tu organismo local. En el caso de la val d’aran, Laugi. Aunque estes en la ciudad. Te mantendrá en mente la evolución de las condiciones y te dará buenas claves de en qué fijarte y cómo hacerlo.
- Otra vez, no aprendas a traves de palos o de un blogger. ¡Acude a profesionales y comprate el maldito material.
- Finalmente: humildad y happy riding.